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Cómo evitar las agujetas después del gimnasio

Cómo evitar las agujetas después del gimnasio

El gran enemigo temido por quienes se inician o regresan al mundo del deporte son, sin duda, las agujetas. No en vano, son las culpables de muchos abandonos prematuros, pero todo tiene su explicación.

Es normal, el primer día siempre se toma con muchas ganas y es habitual realizar una práctica mucho más exigente de lo que nuestro cuerpo se puede permitir. ¿El resultado? Siempre se paga al día siguiente: molestias incapacitantes en todo el cuerpo y la sensación de no querer levantarse de la cama.

La pregunta es: ¿hay alguna solución para evitar la rigidez? Seamos sinceros: tenemos buenas y malas noticias. La mala es que si llevas mucho tiempo sin hacer deporte o ejercicio, la aparición de agujetas está prácticamente garantizada; la buena es que existen varios trucos para que el nivel de molestias sea muy leve y soportable.

¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LA RIGIDEZ?

Para encontrar una solución a la aparición de la rigidez, es fundamental entender qué es. Las agujetas son microdesgarros musculares, que aparecen cuando realizamos una actividad física de alta intensidad o cargamos nuestro cuerpo con un estímulo al que no está acostumbrado. En otras palabras: si nuestro cuerpo no está acostumbrado a hacer deporte y los músculos no están adaptados a la actividad física, es lógico que se produzcan estos mínimos desgarros. Pero no te preocupes, no son ni mucho menos alarmantes.

De hecho, la sensación y aparición de agujetas es incluso positiva: significa que hemos cargado nuestro cuerpo con un estímulo lo suficientemente potente como para seguir mejorando. Pero, cuidado, esto no justifica que el primer día de entrenamiento tengamos que ir a por todas, ya que puede ser contraproducente y dejarnos sin energía para la siguiente sesión de entrenamiento. Entonces, ¿qué hay que hacer para evitar las agujetas?

CÓMO EVITAR LA RIGIDEZ

Aunque si, como decimos, tu cuerpo no está acostumbrado al ejercicio, la aparición de agujetas está prácticamente garantizada, hay varias formas de prevenir la existencia de dolores incapacitantes, tanto antes como después del entrenamiento.

CONSEJOS PARA LA RIGIDEZ ANTES DEL ENTRENAMIENTO

CALIENTA ADECUADAMENTE

El calentamiento ayuda al cuerpo a prepararse para la actividad física que va a realizar. Combina un ejercicio aeróbico moderado con estiramientos dinámicos para ayudar al cuerpo a bombear sangre a los músculos y reducir así la aparición de agujetas.

HIDRATARSE CORRECTAMENTE

Intenta beber suficiente agua antes, durante y después del entrenamiento. La deshidratación es el mejor aliado para conseguir las más molestas agujetas.

CUIDADO CON LA VARIACIÓN Y LA INTENSIDAD DEL ENTRENAMIENTO

Evite los cambios bruscos en su rutina de entrenamiento y, si no está acostumbrado a la práctica deportiva de alta intensidad, aumente la dificultad progresivamente.

¡NO TE EMOCIONES DEMASIADO EL PRIMER DÍA!

Sabemos que es normal: las ganas del primer día te hacen dar el 200%, pero esto puede ser contraproducente. Un sobreesfuerzo por encima de tus posibilidades puede provocar que al día siguiente el agarrotamiento sea tan grande que tu motivación pase de 100 a 0.

Intenta ir poco a poco, ¡el secreto está en terminar el entrenamiento con ganas de más!

Gimnasio Orangetheory con gente haciendo ejercicio

CONSEJOS PARA LA RIGIDEZ DESPUÉS DEL ENTRENAMIENTO

LA HIDRATACIÓN ES LA CLAVE

Procura hidratarte adecuadamente al final del entrenamiento para que las molestias sean mínimas.

MASAJEA LOS GRANDES GRUPOS MUSCULARES IMPLICADOS

Masajear los músculos que se han visto muy afectados durante el entrenamiento ayudará a reducir la inflamación que causa la rigidez.

TÓMATE UN DESCANSO REPARADOR

Un descanso nocturno de al menos 7 u 8 horas es esencial para proporcionar energía suficiente al organismo y para que nuestras células se regeneren.

RECUPERACIÓN ACTIVA

Sí, sabemos que el primer día después del entrenamiento es molesto. Pero no hay nada mejor para mejorar la sensación de agujetas que animar al cuerpo a moverse y ayudar a los músculos a recibir sangre nueva.

LA ALIMENTACIÓN TAMBIÉN ES ESENCIAL

Y por último, pero no por ello menos importante: ¡cuida tu alimentación! Unos hábitos alimentarios adecuados son esenciales para prevenir la aparición de molestias musculares. Procura comer proteínas, hidratos de carbono, grasas y vitaminas.

Además, algunos alimentos, como la piña, tienen propiedades antiinflamatorias muy adecuadas para prevenir la aparición de la rigidez y acelerar su mejora.

Las infusiones, como la manzanilla o el tomillo, también son muy relevantes, gracias también a sus propiedades antiinflamatorias.

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