Si alguna vez te han dicho que tu IMC es alto, probablemente habrás sentido una mezcla de vergüenza, enfado y confusión. Y es que el IMC -o índice de masa corporal- no lo dice todo.
Si no estás familiarizado con el término IMC, es el peso de una persona en kilogramos dividido por la altura en metros al cuadrado. En pocas palabras, mide el peso en relación con la estatura. Pero como se basa únicamente en un número en la báscula y en la estatura, el IMC no tiene en cuenta las proporciones relativas de hueso, músculo y grasa en el cuerpo. Y como el hueso y el músculo son más densos que la grasa, una persona con huesos sólidos y una dosis saludable de músculo puede tener un IMC alto.
"El IMC no mide la masa grasa, por lo que incluso alguien con un IMC 'normal' podría tener un alto porcentaje de grasa alrededor de sus órganos, lo que es preocupante cuando se considera la salud de alguien", dice Brittany Masteller, Ph.D., un científico de investigación en Orangetheory.
Eso no quiere decir que el IMC no sirva para nada. "El IMC sirve para hacer un seguimiento de las tendencias de peso de la población. En general, se ha demostrado que el IMC se correlaciona con la grasa corporal y los riesgos para la salud a nivel de población; sin embargo, el IMC sólo debe utilizarse como una herramienta de detección inicial para los individuos", dice Kimberly Plessel, M.S., RDN, LD, miembro del Consejo Médico Asesor de Orangetheory. La fórmula fue inventada en el siglo XIX por el estadístico Adolphe Quetelet cuando buscaba una forma de analizar la población.
"El IMC hace un buen trabajo a la hora de clasificar a las personas en categorías basadas en promedios de población", dice Masteller. "Sin embargo, no suelo recomendar que el IMC se utilice solo como herramienta de diagnóstico ni como prescripción de nada", añade.
Una medida más beneficiosa es la composición corporal, que es la relación entre la masa libre de grasa (huesos, agua y músculo) y la masa grasa. "Cuando miramos la composición corporal, estamos mirando todos esos componentes", dice Masteller. "Vamos a poder analizar no sólo cuál es el peso, sino de qué está compuesto: ¿cuántos kilos son de músculo? ¿Cuántos kilos son de grasa?
Esto permite conocer mucho mejor la salud de una persona y su riesgo de padecer enfermedades. Un alto porcentaje de grasa corporal, sobre todo cuando se tiene peso en la zona abdominal, puede clasificar a una persona en mayor riesgo de síndrome metabólico, un conjunto de afecciones como hipertensión arterial y niveles anormales de colesterol que eleva el riesgo de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular, afirma Plessel.
Existen varios métodos para determinar la composición corporal, algunos más precisos -y accesibles- que otros. Muchos gimnasios ofrecen mediciones de pliegues cutáneos, que utilizan calibradores para pellizcar la piel y medir partes específicas del cuerpo, que luego se comparan con una tabla para estimar el porcentaje de grasa. Aunque esto puede dar una buena idea de la composición corporal, la exactitud depende realmente de la precisión de las mediciones, que varía según quién realice la evaluación.
Por el contrario, los laboratorios de investigación de ciencias del ejercicio pueden utilizar tecnología como la absorciometría dual de rayos X (DXA), que utiliza tecnología de rayos X para estimar mejor la masa magra y el tejido adiposo, pero es cara y requiere una formación especial para administrarla.
Otra opción fiable -y más accesible- es un aparato de análisis de la impedanciabioeléctrica(BIA), como los que se utilizan en Orangetheory. El aparato envía varias corrientes eléctricas de bajo nivel por todo el cuerpo, que se ven afectadas por la cantidad de agua del organismo. A continuación, la máquina utiliza esa tasa para estimar la masa magra y la masa grasa.
Eventos como Transformation Challenge y Back At Challenge son excelentes oportunidades para ver cómo cambia la composición corporal al comprometerse con un programa de fitness durante un largo periodo de tiempo. "Calculamos que los socios pueden conseguir una reducción de entre el 1 y el 3% de la grasa corporal en un periodo de entre 8 y 12 semanas", afirma Plessel. "Y es fundamental tener expectativas realistas, ya que las mejoras lentas y constantes son mucho más sostenibles a largo plazo", añade.
Tenga en cuenta que obsesionarse con una sola métrica puede ser contraproducente. Ten en cuenta todos los factores que intervienen en tus objetivos de salud y forma física: ¿Corres a un ritmo más rápido que hace unas semanas? ¿Eres capaz de levantar más peso en el estudio? Responder a preguntas como éstas, junto con mediciones como la composición corporal, te dará una mejor imagen de tu salud y de si está cambiando o no en la dirección correcta.